lunes, 23 de enero de 2017

DERECHOS HUMANOS VIII (LA MARCHA DE LAS MUJERES)
La marcha de las mujeres resultó un éxito. Este éxito no solo debe acreditarse a las mujeres de norteamérica que tienen  sobradas razones para protestar por las políticas misóginas de su nuevo presidente. La marcha no cubrió únicamente el suelo americano sino que se trasladó a muchas ciudades del planeta, incluida la ciudad de México. La marcha representa una toma de conciencia de género y la defensa de los derechos que le corresponden. Esa es la manera en que hay que analizarla y es, a mi entender, la más importante. El saber que se tienen derechos, el saber que esos derechos no se respetan, el constatar día a día que en este mundo globalizado hay marcadas diferencias, forma lo que se denomina como conciencia.
Pudiera ser que el asunto de la toma de conciencia es banal. No lo es. Cuantas veces platicamos respecto a un determinado problema que nos afecta y dejamos la solución en otras manos o esperamos que se resuelva por sí mismo. En nuestro sistema político mexicano eso es muy común, estamos acostumbrados o mejor dicho, nos acostumbraron a que otro u otros resolverían nuestros problemas, así se conformó el liderazgo en este país, el líder resuelve todo desde el poder, el voto es un instrumento para hacer que nuestro líder nos resuelva el cúmulo de broncas que como ciudadanos tenemos. Por otro lado, desde la colonia nos acostumbraron también a través de la imposición religiosa a dejar los problemas en manos de Dios "Él resolverá lo que sea mejor para nosotros". Y así pasaron los siglos y mucha de nuestra gente sigue creyendo en el misticismo religioso como método para resolver la conflictiva social y la vida personal. Así en el entorno de la vida pública y la religiosa se nos ha condicionado a no pensar por nosotros y dejar que los otros tomen las decisiones que a nosotros nos corresponde. Así es imposible formar una ciudadanía consciente y responsable, así es precisamente como se manipula para que sigamos siendo súbditos de un sistema corrupto y manipulador y de una religión que nos impide crecer como entes dotados de razón.
La toma de conciencia, en este caso, de las mujeres que protestaron en todo el mundo, es una llamada de atención a las políticas populistas, centralistas y manipuladoras. Y lo es porque el mensaje es claro: tenemos conciencia de quienes somos y lo que merecemos, sabemos de nuestro papel social y queremos llevarlo a cabo tal y como las leyes que hemos creado nos lo ofrecen. La toma de conciencia no solo es una acto reflejo de protesta, si así fuera no sería acto consciente; es producto del conocimiento previo de la situación social de género en el marco de potestades jurídicas y políticas que establecen la igualdad y la libertad en un mundo que avanza sin parar a la justicia social pese a los impedimentos que desde el poder se tramen e implementen. Es una lucha que no tiene otro resultado mas que la victoria.
Ojalá que así se actúe en todas las situaciones, solo así los derechos humanos podrán ser algún día una realidad visible y posible. La igualdad de género como derecho humano no solo de las mujeres sino de todos no es una concesión graciosa del poder de una persona o de un sistema político, es a todas luces, el resultado de la lucha pertinaz de las personas, que en este caso no necesariamente a través de la llegada al poder de D. Trump sino de una serie de hechos y actos que devienen de cientos de años atrás. Recuerdo haber leído en alguna ocasión que en la Grecia antigua, hace más de dos mil años, Hiparquia (discípula de Crates) tocaba las puertas de los hogares para incitar a la igualdad de género. Como ven la lucha y toma de conciencia de género no es nueva, pero los resultados ahora son más tangibles que en el pretérito.
El siglo XXI con toda su sorprendente tecnología no será el siglo de la luz, sino primero, los humanos resolvemos los problemas y diferencias que como tales arrastramos desde hace miles de años; el de la igualdad en todas sus formas se constituye como el dolor de cabeza primordial que debemos resolver. La igualdad de género como subespecie de la igualdad general, estoy cierto que tendrá avances significativos si seguimos el ejemplo que nos imponen un cúmulo de mujeres valientes que a pesar del poder político de algunos saben protestar con la razón. La victoria esta cada vez más cerca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario