domingo, 16 de octubre de 2016

COMO UNA PIEDRA RODANTE

Robert Allen Zimmerman es un nombre que nada nos dice, en cambio Bob Dylan mucho nos ha dicho y mucho tendrá que decir. Es evidente que su nombre real nada tiene de artístico en cambio Dylan es impactante, muy conveniente para alguien que deseaba destacar en el difícil arte de la música popular.

El hombre nacido en Duluth, Minnesota, Estados Unidos el 24 de marzo de 1941, es nieto de inmigrantes sus abuelos paternos emigraron de Ucrania a los Estados Unidos en 1905, sus abuelos maternos eran judíos lituanos que llegaron a los Estados Unidos en 1902. Así es que Dylan cuenta en sus orígenes con descendencia inmigrante hecho que hoy en día en ese país del norte no es del agrado de algunas gentes poderosas, siendo que los inmigrantes han contribuido enormemente al engrandecimiento de lo allá llaman América, como si ese país fuese la conciencia total de todo un continente.

El cambio de Zimmerman a Bob Dylan fue por 1961, gracias a la influencia de la poesía de Dylan Thomas. En 1962 ya firmaba contratos con el nombre artístico con el cual hoy le conocemos.

A lo largo de su prolífica vida Bob Dylan ha sido un artista que en cada etapa de su vida ha tenido los reconocimientos que merece por su espléndido trabajo. En 1962 grabó su primer disco Bob Dylan, y si no me equivoco a la fecha lleva grabados 43 discos, siendo el último Fallen Angels.

En más de 50 años de vida artística ha sido objeto de muchos reconocimientos, se le ha llegado a denominar como una de las personas más influyentes del siglo XX y lo que va del siglo XXI. En el año 2004 la revista Rolling Stone lo elevó a la categoría de ser el segundo artista más importante de todos los tiempos –solo atrás de los Beatles-. En 1990 le fue otorgada la Orden de las Artes y Letras; en el año 2000 el Premio Música Polar; en 2007 el Premio Príncipe de Asturias; el 2008 el Premio Pulitzer –en la categoría de citaciones y premios especiales- y recientemente ha sido considerado por la Academia sueca merecedor del Premio Nobel de Literatura 2016. No tengo el dato correcto pero creo que Dylan es de las pocas personas que ha ganado los premios Príncipe de Asturias, Pulitzer y el Nobel de literatura, de ser así lo hace excepcional y deja sin materia de ataque a los sempiternos enemigos que siempre salen en el camino para denostar lo valioso que se hace en la vida.

Su vasta concepción musical corre desde el rock, el folk, country, blues y gospell, entre otros. En todos estos géneros destaca con inusitado éxito. El nombre de Bob Dylan está inscrito en el Salón de la Fama de los Compositores, ha ganado no sé cuántos Globos de Oro y Grammy´s  y Premios de la Academia, sin duda alguna que su cuarto o estancia de reconocimientos debe estar atiborrado de merecidos reconocimientos.

Estoy seguro que la mayoría de nosotros –ustedes los lectores y el que escribe- hemos escuchado algunas rolas del gran Dylan. En lo personal son de mi agrado: Blowin in the Wind, Like a Rolling Stone, Knockin on the Heavens Doo, The Time are Changin, Mr. Tombourine y otras igual de importantes . En todas ellas por supuesto que existe un toque poético y una propuesta rebelde en la cual todos podemos coincidir perfectamente. La música de Dylan es congruente con el devenir de los tiempos, la protesta dicha con elegancia artística no está reñida con la propuesta musical que Dylan encara desde hace más de medio siglo.

El premio Nobel que la Academia sueca le otorga y que para algunos, afortunadamente la gran mayoría, es un reconocimiento no solo a la parte poética y a las formas de expresión de la poesía en un entorno complicado como el que Dylan describe con gran dosis de realidad,  también lo es a todas las personas que en más de medio siglo siguen a Dylan y continúan creyendo que sin un toque de rebeldía el mundo de lo  posible es imposible de conseguir.

Por eso Bob Dylan seguirá rodando como una piedra.

“Ustedes, que fabrican las grandes armas
Ustedes, que construyen los aviones de la muerte
Ustedes, que construyen todas las bombas
Ustedes, que se esconden tras los muros
Ustedes, que se esconden tras los escritorios
Solo quiero que sepan
Que puedo verlos a través de sus máscaras.”

(Los Maestros de la Guerra -1963-)





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